Las relaciones virtuales son el fruto de nuestra imaginación.
(...) ¡Hay quienes incluso se enamoran de sus compañeros virtuales!
(...) Nos olvidamos que no estamos tratando con una persona real, sino con nuestra imaginación.
Leo un artículo que publica alguien que transcribe a alguien...
y me quedo pensando....
¿En qué momento de las relaciones no tratamos con nuestra imaginación?
¿No es acaso nuestra imaginación (mediada por nuestra cultura) la que hace aceptables determinadas características de una pareja... aún las que para otro serían inaceptables?
¿No es nuestra imaginación, manifestada en sentimientos, la que califica las bondades de tal o cual persona, de tal o cual actitud?
¿Por qué, a pesar de haber vivido con una persona material, un buen día descubrimos que esa persona no es ni cerca todo lo creímos que era? ¿No habrá sido nuestra imaginación la que nos permitía encontrar justificativos para las conductas que lo ponían en evidencia?
Cuando pensamos en blanco y negro desestimamos una infinita gama de grises...