Llega ella contenta, despirinchada, el guardapolvo todo maltratado, revoleando la consabida bolsita de jardín...
Mami, mami... en el acto del 25 hago de la bandera!!!
Y allá fuí yo, a la escuela, a preguntarle a la maestra cómo vestía de bandera a mi nena.... la más importante del acto.
Y la maestra... con mucha ternura me dice: con una pollerita... y un atadito de ropa.
...de lavandera no de la bandera...
... ni pastelitos le tocó repartir!!
7 comentarios:
qué divertido Soledad.
El amor de madre en ocasiones produce estragos.
Pero es tan hermoso.
Yo también fui lavandera!!! y en el medio de la obra perdí una media y me obsesioné con el asunto...
Ni pastelitos me tocó repartir...
medias sucias.
Ya se marcaba un destino.
:)
mi carrera actoral se remite a un papel de posadero (?) en un pesebre viviente cuando iba a catecismo... muy pobre lo mio.
besos y felicitaciones a la la-bandera. :P
Tecla... si!!! ya lo creo. Pobre mi hija, supongo que todavía debe estar procesando la frustración!!! jajajaja
Lara... algunos nacen con estrellas...
Merlina :)
Soloveo... y a mi también, pero ya de grande, en un pesebre viviente... donde bailábamos chacareras. Un tanto confusa nuestra historia... ¿Será por eso que nuestra identidad está en crisis?
pero qué sería de nuestros héroes sin la abnegada lavanderita que le surcía el pantalón después de la batalla y le enjuagaba las medias para no andar con olor a pata
Mabel... totalmente de acuerdo... pero para mi ego materno no era lo mismo una lavandera que "la bandera". Un terrible acto fallido!!! jajaja
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