A veces, al mejor estilo Charly, me dedico a la filosofía barata y chancletas de goma...
pero que me pongo filósofa, me pongo filósofa.
Así como no compro cosas que ya tengo o que no necesito, para no tapar más el mundo de basura y para no chuparle más la sangre al pobre planeta, tampoco pretendo decir con palabras nuevas lo que otro ya dijo... y bien dicho.
A raíz de mi post anterior y de la posibilidad de ser feliz con lo que uno tiene como sedimento, o acumulación, o experiencia, o duración... como le quiera llamar, recupero este soneto de Francisco Luis Bernardez.
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Mis raíces son la base de mi copa... y mi copa el lugar de mis flores...
hoy me siento árbol!
7 comentarios:
Permiso...
Excelentes palabras, siempre las llevo escritas en un cuaderno, las leo de vez en cuando, y sigo... "Porque después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado"
Un beso.-
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
me encanta!
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Lástima que a veces necesitamos perder para valorar...
Muy buen dìa para publicar esto. Mil gracias.
Gise... siempre vienen bien las palabras que ayudan...
Forget... si, para poder valorar mejor y cuidar mejor...
Gla... es que los humanos aprendemos casi siempre, por comparación.
Yola... buen día para agradecerle a la vida esas raíces que nos permiten florecer!
Siempre hay un tema de Charly para cada momento de nuestras vidas.
Pablo... todos somos Salieris de Charly!
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