Se que se puede pensar que soy una conformista, pero yo estoy muy agradecida con la vida.
Mi vida no es perfecta, ni lo fue ni lo será... pero me trata bien.
Me da momentos de mucha, muchísima alegría, otros de infinita tristeza, algunos de desesperación, otros de resignación, pero, sobre todo, me da la capacidad de encontrarle a cada cosa una solución, una forma de sobrellevarla, un modo de aprender.
Si hago un balance de defectos y virtudes tengo siempre, para mi, un saldo positivo.
Me hace sentir bien plantearme un desafío y poder cumplirlo, me hace sentir bien valerme por mi misma, poder, querer y saber hacer muchísimas cosas.
Haber aprendido, por fin, que mi vida no depende de nadie, que hay mucha gente que la puede mejorar, pero que nadie, absolutamente nadie es imprescindible, ni siquiera mis hijos, y eso me hace feliz, porque no quiero que ellos tengan la carga de una madre que "sin ellos no vive", cada uno tiene su vida.... a luchar por ella!.
5 comentarios:
Me gusta tu balance y todo lo que vas aprendiendo en el camino de tu vida.
Para que mucha gente tome ejemplo de tus palabras... me incluyo.
Saludosss.
Julia... muchas gracias... eso es la vida, aprender, todos los días...
Poder comprender eso que usted bien define, es un logro gigantesco.
Me costó muchísimos años poder aceptarme como tal y entender que nadie es perfecto.
Bien por usted, la felicito
A mí me llevó 40 años aprender que nadie nos resulta imprescindible y que tampoco lo somos para nadie....Y es un gran aprendizaje...se sufre menos después de descubrirlo...
Carugo... terrible tema el de la aceptación... siempre intenté ser lo que los otros querían que fuera... me llevó años avivarme!! esa es la hermosa sensación que tengo ahora... haberme aceptado... con virtudes y defectos
Gla... es como una sensación rara, porque saberse imprescindible a uno lo hace sentir importante y le da un motivo... pero es taaaan liberador!!!
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